Qué es el comunismo - 21

Como en casi todo, también a la hora de decidir si la lengua es tan importante como el mismísimo dinero, hay división de opiniones. Aquí, ahora solo se quiere seguir la línea de un argumento. Se trata de tener en cuenta que la compraventa no es la misma sin palabras. Se podría decir que exponiéndose la mercancía, apartada de todo tipo de indicaciones, raramente será adquirida por alguien que solo la tenga a la vista. Se diría que las palabras son una herramienta esencial del comercio. Esto es, sin lenguaje no hay comercio. Y si la moneda es condición necesaria del comercio, entonces…

Ahora bien, también diríamos que no solo con mercancías se rompe el saco. En realidad casi todo se vende, aunque no siempre por dinero. Los favores, el respeto, la admiración y cosas parecidas están permanentemente ganándose o perdiéndose; y en esos intercambios nunca faltan las palabras. Por tanto, también diríamos que las palabras sirven muy principalmente en la actividad social de las personas. Sin ellas, uno se queda prácticamente sin capacidad de abrirse camino.

Sin embargo, el lenguaje también se reconoce como un asunto cuantitativo. Se rebaja su importancia y se limita a lo mínimo, como si su participación fuese una cuestión de peso. Se diría que es necesario, pero que debe ajustarse a su propio vagón. Y no obstante, como en el oro, su reflejo traspasa cualquier contenedor que lo encierre. Diríamos que es cierto que pesa, pero como el aire. Porque como un huracán, algunas palabras hacen que uno se valla para siempre; o como el céfiro, que se quede templado… y dúctil. 

Por la lengua no se debe sino tener un temor constante. No a modo de lo que pasa con el dinero, que solo se teme su ausencia y se desea nerviosamente su abundancia. Pues no queda posibilidad de no tener forma de expresarse; ni tampoco se vende más ni mejor teniendo más palabras.

Diremos simplemente, que el dinero es tan grande como la palabra que lo define.

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