¿Qué es el comunismo? - Apéndice sobre la buena voluntad (2)

Se podría decir que en algunas ocasiones la voluntad va por detrás del cuerpo; sería como si el cuerpo mandase y la voluntad fuese un convidado de piedra.

Por ejemplo, si uno tiene que comer y beber, y por cierto que debe, llegada la hora no habría voluntad que se resistiese. Aunque hay casos en los que parecería que el ataque de la voluntad contra el cuerpo es de tal intensidad que terminaría matándolo. Lo que nos haría preguntarnos si no sería ella más fuerte que él. Y si así fuese, podría afirmarse que cuando fuere ella por detrás, es que se estaría dejando llevar. Pero muchos de esos casos, en los que se observa un cuerpo atacado aparentemente por su propia voluntad, posiblemente escondan ataques provenientes del exterior, no siendo las determinaciones de la voluntad contra su cuerpo más que el resultado de la presión externa. Detrás de un suicidio o de una huelga de hambre llevada hasta sus últimas consecuencias, podría encontrarse el ataque victorioso de otros individuos. Pero aún cabría sostener que alguna vez, sin esa presión exterior sobre la voluntad, esta atacase libre y mortalmente a su cuerpo. Deberíamos también admitir que en muchos de estos casos, en los que aparentemente se produce esta intervención voluntaria contra el propio cuerpo, este no termina perdiendo y la voluntad finalmente se le resiste. Además, tampoco una voluntad que derrotase al cuerpo hasta el punto de matarlo, demostraría claramente su superioridad, pues fallecerían ambos.

El mundo que el individuo crea es otro que el que recrea. Este último está sujeto al tiempo y va de una cosa a otra. Aquí el propio individuo es una especie de intermediario: es un sensible ordenador. Pero la causa del mundo que podría crear no estaría en una cosa o en otra, como cuando recrea, sino que es él mismo: al crear, el individuo sería primer motor: como un universo entero. Fíjense que los que defienden el ateísmo, también aseguran que antes de que uno naciera nunca había existido. A su manera, dicen que cada persona sale de la nada, y cuando muere, va a la nada.

Y claro que se puede desear lo imposible por ignorancia: por ejemplo, cuando uno desea abarcar más de lo que puede, como ocurre respecto del saber o del hacer al tener poca edad. Así mismo, se puede desear la inmortalidad. Son casos distintos, bien diferenciables, pero lo que se quiere resaltar es cómo lo imposible adquiere realidad. Inspirados por algo imposible, los seres humanos realizan diariamente acciones en las que queda la impronta. Habría que decir que si se puede desear es porque es posible desearlo. Pero será más edificante dudar sobre la conexión que haya entre lo imposible de realizar y su representación mental.

El caso es que los conceptos no siempre engloban cosas que hemos percibido con los sentidos físicos; a veces representan lo contrario de esos conceptos. El concepto de la inmortalidad, por ejemplo, se podría decir que es de uno de estos tipos: primero se llega al concepto de lo mortal, por observación directa de los fenómenos naturales, y después, sobre la base de una simple oposición, sin necesidad de fundamentos sensibles, se fija el concepto de lo inmortal. En este sentido, tales conceptos no se explicarían según una eventual relación con lo imposible, sino por la conexión con el mundo sensible a través de sus contrarios; serían conceptos, aunque sin realidad a sus espaldas, mediatamente dependientes (por oposición) del mundo sensible.

Y es como si el orden de lo imposible no nos fuese accesible de ninguna manera; como si estuviésemos encerrados en esta realidad, y todo lo que quedase dentro de ella fuese racional y lo que fuere fuera, algo tan irracional como inexistente. Sería como si lo que quedase encerrado estuviese completamente unido entre sí, sin vacíos ni cortes; como si un hilo inagotable pudiese seguirse desde cada punto a cada punto.

Nuestra voluntad, encerrada en este mundo intraspasable, y nuestra razón, atrapada inseparablemente por el todo que la rodea ¿qué podrán tramar que se escape? ¿Qué trascendente podrán señalar? ¿Qué más serán que seres?