¿Qué es el comunismo? - 17

El totalitarismo es una especie de fuerza egoísta, aplicada en el ámbito del gobierno estatal. Uno debe entender que él no es el único, aunque sí es única su vida; uno tiene que aprender a pensar en los demás y por el bien de ellos; uno tiene que aprender a actuar y esforzarse en beneficio de los demás según el criterio del sacrificio personal. Y aunque el gobierno sea una institución inherente al ser humano, y en este sentido pueda tratarse como un fenómeno universal sujeto a leyes naturales, el caso es que se manifiesta por medio de personas, y en este sentido cae en el juicio de lo que está bien o mal. De hecho, cuando por circunstancias históricas las fuerzas del egoísmo humano (en el marco de los gobiernos) han apartado lo suficiente las luces de la bondad, la autoridad se comporta totalitariamente. Las consecuencias son terribles en razón a la fuerza bruta de la que inevitablemente dispone esta institución.

Entre todas las circunstancias históricas que promueven el predominio del totalitarismo en un gobierno, se encuentran las mentiras ideológicas. A nivel personal, una mentira siempre favorece la injusticia en beneficio del que miente. Pero conviene distinguir, porque también se dice que miente quien no desvela al perseguidor, dónde se encuentra el perseguido. Y es que cuando bajo amenazas se dice lo que no es, no se miente necesariamente, porque lo que determina una mentira es la mala intención: debido a que aunque siempre puede suceder un daño por la ocasión de la conducta de uno, solo se imputará atendiendo a la intención. Si la intención es buena, aunque se sepa que lo que se dice no es cierto, no se tratará de una mentira sino de una expresión incierta; además, la culpa de esta expresión pertenece al sujeto en cuya mala intención se encontraba prevista esa expresión (cierta o incierta).

El problema de la intención no es simple. Digamos también que las malas o buenas intenciones dependerán de si se desea o no cumplir con la obligación de amar a Dios y de amar a los demás como a uno mismo. Ahora bien, una cosa es actuar de forma transparente, de forma que se conduzca en el sentido de lo que es cierto; y otra cosa es actuar en el sentido de lo incierto. En el primer caso, el descubrimiento de las intenciones puede avanzar entre luces y la culpa terminará saliendo como si brotase una semilla. Pero cuando se avanza entre penumbras, la intención es imposible de encontrar. Entonces, cuando se compruebe que algo no es cierto, por mucho que se dificulte la indagación de la intención que hay detrás, el responsable de una tal expresión habría de señalar un culpable o asumir su propia mala intención. Con todo, pesar el amor es inalcanzable para nosotros; nosotros no sabemos cuánto somos capaces de dar y podría ser que la medida dependiese de esta capacidad

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