Sobre la múltiple motivación humana

Nos encontramos con una forma de pensar que sostiene que cuando hacemos algo, su porqué no puede referirse a varios motivos al mismo tiempo. Así, si haces un favor a alguien, al fin y al cabo, lo has debido hacer por una excluyente y única finalidad: por ejemplo, por interés personal, por pura satisfacción propia, por responder a la necesidad del otro, etc. El caso sería que siempre deberá haber una razón que excluya a las demás y que sea la que verdaderamente explique el porqué del acto realizado voluntariamente.

Sin embargo, si tenemos en cuenta que las acciones producen o pueden producir múltiples consecuencias simultáneamente, aquella forma de pensar podría resultar equivocada. Por ejemplo, al caer una piedra en el agua, puede producir un concéntrico movimiento ondulatorio en la superficie y matar al insecto que justo bebía en el punto de contacto entre la piedra y el agua. Y además, uno podría decir que tiró la piedra porque quería ver las ondas o decir que quería matar al bicho. Pero, puesto que las acciones tendrían esa naturaleza de producir múltiples consecuencias simultáneas, el caso es que uno podría elegir aquella acción que combinase una serie de consecuencias preferidas por él. Por ejemplo, si quisiera ganar dinero y al mismo tiempo ayudar a los demás y se presentaran dos ofertas, una para enseñar a engañar y otra para enseñar a leer, podría elegirse la última, teniendo la motivación al actuar una composición múltiple. En otros casos, en los que la iniciativa estuviere en uno, sería lo mismo, esto es, uno buscaría realizar aquellos actos que hubieren de producir la combinación de consecuencias preferidas.

Aducir que, de todas formas, los deseos de uno al final confluyen en uno solo, y que por eso, la conducta habrá de explicarse en función de esa confluencia final, solo reproduce el mismo esquema de pensamiento que se dijo al principio. Porque si la estructura de la realidad, en cuanto al movimiento causa-efecto, se supone como se ha indicado, entonces es absurdo pensar que la voluntad humana no se dirige teniendo en cuenta esa estructura, y en consecuencia, deseando hacer cosas que se cumplan al mismo tiempo.