Democracia y dictadura: sobre el gobierno (V)

Siendo una propiedad del individuo, siendo una necesidad suya, el gobierno de una sociedad debe responder a esa propiedad del individuo. Se ha dicho que la sociedad está dada con la persona; que no es un ente con espíritu propio; que no es un agregado de seres humanos, sino una condición de nuestra existencia; y que no hay sociedad sin gobierno. Si también este gobierno de la sociedad es o no una condición de nuestra existencia resulta evidente que sí. Y si la propiedad del individuo de ser gobernado, es o no también una condición de su existencia, resultará igualmente que sí, porque sin libertad no existe la persona, y no hay libertad en el individuo sin un orden que obedecer. Se trataría, ciertamente más allá, de diferenciar entre lo que fuese esencial o necesario para el ser de algo. Pero coincidiendo todo en la persona, digamos que su ser es en sí mismo la condición de su existencia. Así, su libertad, su gobierno, su sociedad, son su mismo ser.

El gobierno de la sociedad se caracteriza por concretarse en una figura idéntica para todos. A diferencia del gobierno del individuo, cuya figura es distinta para cada uno. Si el gobierno que necesita el individuo encuentra respuesta en la obligación de los demás a satisfacer esa necesidad, el gobierno de la sociedad se encarga de hacer que esa obligación sea bien cumplida.