Well-ordering (XXV)

En las ciencias es frecuente encontrarse con principios que sirven a las jerarquías. Y es que el lenguaje de la ciencia no puede evitar describir más de lo que dice y de lo que sabe. Por ejemplo, hablando de números, encontraremos que la funcionalidad del 2 necesitaría que previamente se haya definido el número 1. O sea, que lo que se diga del 1 está por encima de lo que se diga del 2. Esto se comprende cuando se observa que lo que sea 2 depende de lo que sea 1. Pues si 1 fuese todo, 2 nunca existirá. Tampoco, por ejemplo, el 0 es algo comprensible, ya que el vacío, ciertamente, no se conoce; y tampoco la nada. De hecho, aunque se dice que si a 1 le restas 1 el resultado es 0, lo que se quiere decir es que el resultado es otra cosa distinta a ambos términos de la resta. Por eso la definición del 1 es la clave del orden en la ciencia de los números. Así, se dice que si a 1 le añades otro mismo 1 lo que resulta es un 2. Pero esto no es así siempre, porque si a 1 átomo de hidrógeno se le añade otro igual, no significa lo mismo decir que el resultado son 2 átomos de hidrógeno que 1 molécula de hidrógeno. Aunque si el 1 (referido a 1 átomo de hidrógeno) se hubiese definido de otra forma, pudiera ser que la molécula de hidrógeno se comprendiese simplemente como suma de 1 más 1 átomos de hidrógeno. Y quizás entonces 2 átomos de hidrógeno sumados serían lo mismo que una molécula de hidrógeno y el 2 sería 1 más 1. Así que, sobre si la relación del 1 con el 2 implica una razón de superioridad o no, se responderá que sí, si lo que significa 2 depende de lo que se diga de 1.

Comentarios

Entradas populares