Well-ordering (XXII)

Es única la combinación de circunstancias presentes, tan pronto como ella se hace, en una persona. Sin embargo esto no explica el yo de la persona.

En materia de causalidad y suponiéndonos a nosotros mismos como el origen de ciertos efectos (por ejemplo de todos nuestros movimientos propios que prosigan una decisión propia), cabría decir que cualquiera de esos efectos ya era previsible antes de ni siquiera ser previstos por nosotros. Querría situar la cuestión allí donde ante cualquier decisión que adoptemos se mantenga que las posibilidades estarían ya dadas. Cuando uno piensa que puede ir por un camino u otro, incluso tratándose de sendas vitales, parece evidente que ambos caminos son posibles y, por lo tanto, que representarían circunstancias existentes. Y así, si las posibilidades de acción estuviesen siempre dadas, uno no sería nada distinto a un número, por muy largo e irrepetible que este fuere. Y, por otro lado, resultamos ser seres libres. Esto deja un espacio muy pequeño para el yo. Porque desde este punto de vista, uno mismo no se identificaría con el producto de sus decisiones junto a la combinación única de todas sus circunstancias, pues se estaría tratando de un mundo de posibilidades dado: ¿Dónde estaría la gracia?

Este sería el problema del yo. Porque una vez descargada la persona de sus circunstancias y decisiones ¿quién es ella misma?

Comentarios

Entradas populares