¿Qué es el comunismo? - 3

Uno de los enredos donde las mentes de los ideólogos suelen perderse nace con la cuestión del valor de las cosas que se venden o se compran. Y la maraña no suele separarse de la cuestión del dinero; y se le da vueltas y más vueltas entre las preguntas sobre lo que sea el valor o el dinero, sin ceñirse primero estrictamente a lo que pueda ser el valor sin el dinero y, después, añadir este en el estudio. Ahora, sin tener claro que por medio de una aproximación que parta de separar el dinero, se alcance algún significado orientativo, considero sin embargo que algo podrá ayudar empezar dejándolo fuera de juego.

El punto de partida comienza con la clásica concepción de que el valor de las mercancias viene determinado por la magnitud del trabajo empleado en su producción. Partiríamos ahí de una función en la que sus variables, tanto el valor como el trabajo, se calculan discretamente pero también como medias: y ello, entiendo, a pesar de que con las medias se mutan las referencias que pudieran ser propias de la discusión sobre los valores por las referencias de la propia estadística de los valores que se discuten. Creo que esto también es importante. Al respecto, y me refiero a la concepción del valor que se ha indicado antes, trataré de sostener otra afirmación, por la que el valor de las mercancias, si no interviene la variable del dinero, dependerá de los individuos que las producen y de las concretas circunstancias que los acompañan; y si interviene el dinero, dependerá de la ley.

Mirando al primer caso, dejando a un lado el dinero, nos ayudaremos de la imaginación para crear los supuestos que, en su ausencia, puedan servir de condiciones previas. A pesar de que es muy difícil imaginar una sociedad donde los intercambios se produzcan bajo la forma, como se ha demoninado, del trueque, y por ello parecer un intento básicamente impracticale, su objeto sí estaría definido y por lo tanto considero que me merece la pena. Se trata de una finalidad válida, consistente en tratar de entender no tanto el signo del valor como la naturaleza del valor de aquello que produce el ser humano. Por ello la abstracción resultará inicialmente aceptable.

Pues bien, si ahora tomásemos en su conjunto toda la producción de una sociedad cualquiera en un momento determinado ¿qué valor tendría? Por ejemplo, imaginemos lo que el Sr. Crusoe hubiera tenido en posesión, en el lugar de su naufragio y en un momento dado. Intentemos darle un valor. Creo que resultará difícil; porque considerando todos los bienes juntos ¿cuál sería en su sociedad el valor total que tendrían sus ropas y domicilio, sus libros, sus herramientas, sus animales, sus semillas y sus alimentos? Porque por separado no nos quedaría más remedio que concluir que el valor de cada cosa habría de coincidir con el que le diere libremente el Sr. Crusoe. Pero insistamos; en su conjunto ¿el valor que pudiera tener todo su patrimonio también sería el que libremente le diere? Y yendo más allá ¿se podrían aplicar unas reglas de carácter perpetuo que fijasen de forma objetiva un valor a un tal patrimonio global? En mi opinión no, porque el juicio habría de caer siempre en la esfera de la libertad del sujeto, pues nada le impidiría desaprovecharlo todo o cuidarlo diligentemente según su libre albedrío. Y es que para el primer caso le habría dado un valor (pequeño) distinto al del segundo caso (grande). Pero digamos que ese mismo razonamiento también valdría para cualquier patrimonio en cualquier lugar y en cualquier tiempo, porque perteneciéndole en propiedad a uno, él mismo también sería capaz de desaprovecharlo o no por entero; y por tanto, según decíamos, de darle más o menos valor libremente. Ahora bien, esta conclusión parece enfrentarse a ciertas convicciones que siempre nos acompañan, como que los patrimonios, con independencia del uso que les vaya a dar su dueño, debierán tener un valor por sí mismos; o al menos con alguna independencia; pensando así se alegaría que al desaprovechar cada bien por completo (los patrimonios) no es que se les esté dando muy poco valor, sino que lo que se está haciendo es destruir un valor que ya tienen. Pero claro, quedaría replicar que incluso para las teorías hoy en día más vigentes, los valores, en primer lugar, cambian; y también que, quien los destruye, no hace sino realizar un poder; que es precisamente de lo que se está hablando: que el valor dependería de su libertad...

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