Raíces

No quiero marcharme.
Sin haber visto
los árboles adultos.
Sin que las sombras
refresquen aún.
Sin que estas paredes se vuelvan verdes,
ni los huecos del tejado
enfríen el Sol del verano.
No quiero dejarlos.
Sin ver ya grandes
las semillas;
sin que las ramas sean fuertes
y silben en invierno
y canten al estrellar agosto.
¡No voy a irme de aquí!
¡Voy a mirar siempre al pasar,
voy a decirles que crezcan,
que busquen el cielo y los anchos
hasta verme pequeño!

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