El hombre y el mono

Pese al gran salto, se dice y se escribe (sin rubor), sobre lo cerca que se encuentran ambos lados. Se trata de fantasmagorías. No se tienen pruebas; no se acompañan testimonios mínimamente fiables; es una afirmación indiciariamente falsa. En realidad, todo se reduce a afirmar que "el hombre viene del mono"; pues pocas cosas tienen tanto crédito con menos pruebas: por ejemplo, que "El Sol gira alrededor de la Tierra". De la misma forma todo se reducirá a negar simplemente esa afirmación al quedar completamente indemostrada. Es decir, nadie debe verse obligado a admitir algo cuya verdad ni siquiera está corroborada. Es una agresión brutal contra la razón humana sostener tal afirmación con la abrumadora ausencia de evidencias que la acompañan.

Pese al gran salto, en otro orden de cosas, se sostiene que es una teoría que afirma que "alguna especie emparentada con la del chimpancé ha evolucionado dando al hombre". Esto es una locura. Antes de seguir, entendamos que, como dicen académicamente, una teoría se cae cuando se demuestra que no funciona. También nos han enseñado que hay más fenómenos que hacen que una teoría se desintegre, como son por ejemplo los nuevos descubrimientos. Y es que una teoría ante todo, ha de servir de algo: Tiene que causar conocimiento y no desconocimiento. Porque el conocimiento siempre es útil. Pues la verdad es que la palabra mono, o las de simio, primate, chimpancé y semejantes de la misma familia, no tienen ningún papel real dentro de cualquier ordenamiento jurídico que hasta ahora se conozca y que haya acompañado al hombre. Tampoco se encuentran representadas esas especies en la ciencia de la medicina, ni en otras ciencias sobre las que se vertebra nuestra civilización: Ni un solo ejemplo a la comunidad de los simios como referencia o modelo normativos de nuestras relaciones humanas. Entonces ¿qué estaría aportando esa teoría a nuestra civilización? Parece que es completamente inútil. Parece que no aporta sino desconocimiento. Sostenerla parece que es una prueba de temeridad y necedad.

Y pese al gran salto, esa proposición con la que antes se ha expresado la teoría, trae en sí una mentira. En realidad, la teoría, lo que viene a decir es que existiría una evolución que afectaría no tanto al mono como, yendo mucho más allá, a la muerta materia. En realidad, lo que la teoría sostiene es que el hombre viene del mono, el mono de algún otro mamífero, este a su vez, de algún sinoconodon, y este del mar, de alguna especie que ha evolucionado de algún organismo pluricelular, que ha evolucionado de algún otro unicelular, desde alguna célula procariota, y así, esta, de alguna forma de materia orgánica primitivísima que ya no se diferencia cuál es. Pero es que, quienes hoy tienen que dar la cara de tal ficción, tampoco saben cómo, de la materia inorgánica se salta a la materia orgánica. Vamos, no es que la teoría no lo explique, es que no tiene ni idea. Y aunque así sea ¿Con qué razón, en lugar de decir que venimos del mono, no se dice que venimos, todo el reino vivo, del carbono, del hidrógeno, del nitrógeno, del oxígeno, etc., por su propia evolución? Quizás sea porque la conclusión central a la que conduce la teoría, a saber, que todos los seres vivos somos una evolución del carbono y el hidrógeno, ofrece tantas dudas y sus hipótesis son tan frágiles y tan patéticas, que se prefiere mentir y dejar todo en el eslabón del mono ¿Y por qué en el del mono, y no en el de algún dinogorgon?

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