El ocio: teoría sobre un derecho humano

La cualidad del movimiento, toda vez que este es una naturaleza temporal, se escurrirá fácilmente entre las palabras que la describan. No obstante, vamos ahora a dejar sentada la energía, para que nos sirva como una de esas cualidades del movimiento que podrían pertenecerle.

Diríamos así, que sin su previa energía, el movimiento no podría producirse (tampoco en sí mismo). Esta es una cuestión que desde antiguo ha servido para ilustrar la noción del "primer motor"; este vendría a ser como la razón primera (o última si partimos desde el presente) de todo lo que se mueve. Además, habría que decir que en ciertos aspectos, las expresiones "moverse", "ser" o "estar" podrían ser idénticas entre sí.

Nos quedaría, que la energía es causa necesaria del movimiento. Y prestaremos atención solo a la parte que, de todo lo que en sí mismo fuere el movimiento, funcione en la colocación y el intercambio de las cosas.

Según lo anterior, obtendríamos un esquema donde la colocación e intercambio de las cosas presupondría un movimiento y este, así mismo, una energía previa: Con la energía se mueven las cosas. De hecho, si se mueven más cosas es porque había más energía.

Uno de los problemas que supone el hecho de haber más energía es sencillamente determinar la fuente de la cual proviene el aumento. Una de estas fuentes podría estar en la capacidad que tiene la energía para transformarse. Por ejemplo, dentro de un átomo se encierra tal cantidad de energía que con ella se podrían mover masas mucho más grandes que la del mismo átomo. Ciertamente, el conocimiento de esa transformación, que pasa por una liberación, contribuirá al proceso de la colocación de que se hablaba.

Con lo dicho, se estaría tratando de razonar el hecho de moverse más cosas, relacionándolo con una mejora en el conocimiento sobre la liberación de energía que se encuentra en la Naturaleza.

La ventaja de esta cuestión consiste en que conforme el conocimiento avance, se podrán colocar más cosas, y por lo tanto, con el mismo trabajo se obtendrá mayor beneficio.

Una de las implicaciones de esto último es la posibilidad de reducir el trabajo sin perder riqueza. Esto también implica que la existencia del ocio, entendido como el tiempo que el individuo puede dedicar a su libertad para ser bueno en general, y respecto de cualquier tarea humana, está predeterminada por naturaleza.

Hay otras formas de abordar la existencia del ocio entendido como algo inherente a la vida humana; como, por ejemplo teniendo en cuenta que la subsistencia humana requiere de una inversión de tiempo menor que del que se dispone diariamente: de lo contrario, ninguna comunidad primitiva se hubiese podido permitir la fabricación de adornos personales, o la dedicación al culto.

Con todo, se quiere decir que la necesidad de trabajar es una cosa distinta a la necesidad de ser bueno. El ser humano, debe trabajar, porque aunque la energía que le sirve para colocar las cosas a la debida disposición suya no la tenga que fabricar él, su dominio sí exige inversión de tiempo. Pero, puesto que ese tiempo, no solo es menor que del que naturalmente se dispone, sino, que la energía esconde inmensas riquezas a nuestro alcance, todo ser humano tiene la obligación de usar su libertad para diariamente rendir tributo a su creatividad y vivir dignamente.

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