Movimiento y Paz

Entre la Paz y el Movimiento yo veo el volcán de la vida. Piensen que cada vez que dudan, hay un movimiento en el origen; que cada vez que buscan, también hay un movimiento en el sentido; que cada vez que ignoran, hay un movimiento dentro. Hay una causa, que es el movimiento, que se impone como un principio universal. No hay nada que no venga del movimiento. Todo lo refleja. Cuando tengo miedo, es por algún cambio; cuando me pierdo en deseos, es para llegar a algo, en lugar de caer movido o arrastrado por otro algo; cuando reflexiono, es para ordenar lo que se mueve sin cesar en mi mente.

¿Es para estar en Paz? Si la Paz fuese un estado sin movimiento, sería como la nada. Cuando a veces siento un ligero aumento en tranquilidad, pienso que se relaciona con que haya menos cosas que se mueven en mí. Podría deducirse que cuando la tranquilidad es total, el movimiento…; entonces la muerte, el silencio, y… la Paz.

Pero si el movimiento es para la Paz, no todo es movimiento, porque, o es para sí mismo o es para otra cosa. Se trata de que la totalidad es incompatible con la pluralidad. Y sin embargo, lo que es uno, ha de existir. Porque si la unidad no existe, si no hay nada inmóvil, e idéntico a sí mismo, el movimiento como totalidad tampoco existe. Pensad si no en el infinito, y preguntaos si en su conjunto, en su inacabable inmensidad, no es que no se mueve.

Pero si lo uno es lo que no se mueve, y la pluralidad es lo que se mueve, entonces la unidad y la pluralidad forman una pluralidad, y como la pluralidad es lo que se mueve, no puede en ella haber unidad…, mas el infinito no se mueve. Porque si el todo es el todo, entonces, el todo es uno. Y si no es uno, es muchas cosas, y si es muchas cosas, cada una es…

Y si hay Paz, y en ella movimiento, también hay pluralidad de cosas y unidad de cada una de ellas. O no hay Paz, ni movimiento ni nada.

La contradicción que resulta de establecer que la unidad exige inmutabilidad, y la pluralidad movilidad, se sostiene solo porque en un vaso de un litro no caben dos. Nosotros no podemos meter el todo en una generalidad más pequeña. Pero sí lo podemos meter en una generalidad adecuada a sí mismo. Igualmente que si aquello, en lo que cabe, se hace más grande, el todo se podrá ampliar. En realidad, debido a que todo participa del principio de la Creación, siempre están creciendo, tanto los recipientes como los contenidos. Siempre, bajo el principio de la Creación, habrá cosas que se mueven y cosas que no. Porque aunque la Realidad se haga cada vez más rica, ello no significa que ella misma, se mueva, sino que es algo. Lo que parece evidente es que el principio según el cual, la energía no se crea, es falso.

Una unidad que se encuentre con el fenómeno de una creación ante ella, ha de cambiar de alguna forma, porque pasará de un antes en el que la nueva creación no formaba parte de su experiencia, a un después en el que en su experiencia hay un nuevo hecho. Entonces, si la creación fuese de tal extremo capaz de destruir a la unidad, resultará que la unidad no era inmutable. Y si la creación, no tuviese esa posibilidad, entonces estaría preconfigurada, y no sería creativa en sí misma.

Pensemos si la unidad en la que cabe todo es así de grande. Pues, la unidad no es pequeña, sino que siempre es grande. Tampoco la unidad de partes es pequeña, porque es más grande que ellas. Por eso de un punto no puede nacer el Universo, sino solo si el Universo es más pequeño que el punto.

En términos absolutos, una creación ha de aumentar el tamaño de la unidad ante la que aparece. Y nos debemos preguntar qué consistencia quedará de aquella antigua unidad, que era el todo. Entonces, o en lo absoluto habrá creación o no. Y si no la hay…

Yo estoy donde está el sentido que todo tiene. Si cualquier unidad tuviese la oportunidad de destruirlo todo, se percataría de que eso es una mera ilusión. Porque la unidad no cabe en lo simple. Destruir todo queda fuera de su propio significado. Algo es uno porque hay dos. Por la misma razón, la unidad no puede hacerse todo.

Lo que viene del no ser, es lo que viene de la pluralidad. Antes de ser no estaba en el ser, sino que estaba en el no ser. Esa es la pluralidad. El no ser no esconde el poder de destrucción del ser, porque el no ser es su ser. El vacío, que es lo que hay tras el límite de la unidad, es la unidad de su ser vacío. Lo que viene del no ser, es una creación. La unidad a la que viene, se hace más grande, y el vacío, también, porque su ser encuentra un nuevo espacio. Lo que es uno, es dos, y lo que es dos es tres. El vacío es una unidad respecto de otra.

Salir del vacío es entrar en la pluralidad. Eso es la Creación. Abrir una puerta. Moverse. Es la Paz del Amor.

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