El capitalismo (7)

Pues no se puede vivir sin comer. Por lo tanto, el hambre es signo de vida. También sabemos que comer alimenta, pero no llena; porque ni la amistad, ni el amor, ni el conocimiento, ni la bondad ni la belleza, ni la paz, ni la nostalgia, ni muchas otras cosas, se consiguen comiendo, sino cumpliendo las leyes. Y sabemos que la Ley que llena de vida es la palabra…

Pero el pan, la comida, se puede cambiar en dinero; al contrario que esas otras cosas que se cambian en alegría. No solo de pan vivimos, no. Sin pan no vivimos, no. Todo lo que se cambia por dinero es pan, sin el que no vivimos. Por eso, el que tiene todo el dinero, tiene todo el pan, y tiene aquello de lo que vivimos, aunque no tenga todo de lo que vivimos. El que tiene todo el dinero, tiene parte de nuestras vidas. Por eso el dinero es poder. Cuanto más dinero más poder. Cuanto menos dinero, menos cuotas vitales. Pero el que no tiene dinero y come, ya solo necesita alegría, que nunca se cambia en dinero. El dinero es poder, pero no es alegría.

Pero el dinero, a pesar de cambiarse en pan, no es alimento. El dinero ni se come, ni alimenta. El poder en que consiste el dinero es solo una cara del poder, porque por sí mismo es mediato: Un medio. La otra cara es el poder político. Es la otra cara de su moneda: A un lado del canto se dibuja el peso, al otro un signo del poder político. Porque solo todo el dinero junto, o solo todo el pan junto, tampoco alcanzarían a matar de hambre si no se empleara la fuerza del poder político. Aunque diremos que el poder del dinero necesita del poder político, y que el poder político no lo necesita, porque el dinero no se come…

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