Justicia divina y justicia natural

La Creación es un acto y está separada de Dios porque tiene historia, mientras que El es Eterno. Decir que está separada, no significa que no sea Dios, porque El lo es todo, y sus creaciones separadas, no lo dividen. Decir que no lo dividen no significa que no estén separadas, porque los actos divinos son expresiones de su voluntad y cumplen con un orden que se manifiesta materialmente.

Así, nosotros mismos, como sujetos de Su creación, en tanto que por manifestación material de Su voluntad, estamos separados de El. Esto significa que aunque Dios habite en cada uno de nosotros, como creación Suya que somos, pertenecemos a un orden donde Su justicia ya ha sido dictada e inscrita por medio de la Creación. Pero en tanto que Dios habita en nosotros, Su justicia también se imparte continua y eternamente, y Se nos impera, sin solución de continuidad, desde allá donde El reside en cada uno de nosotros. Mas, mientras seamos acto de aquella Creación, esto es, Universo creado, la razón es inevitable, porque la pluralidad ha quedado expresada. Por lo tanto, la razón indica que hay un espacio donde habita Dios con nosotros contemporáneamente, y un espacio donde, por ser acto de La Creación, Dios no habita, sino Su creación. Por eso, se habla de Justicia Divina y Justicia Natural. La primera actúa contemporáneamente en nuestra alma, de forma santa y en plena intimidad y exclusividad con cada uno de nosotros; la segunda actúa en la Creación, de forma material, según un orden impreso en la misma Creación.

Entradas populares