El hogar

¿Nunca me detendré?
¿Cuándo dejaré de girar?
En el semáforo, ante la pared del fondo,
mientras los pies se contaban
de unos a otros,
creí que podría,
que mirando un punto en el ladrillo,
permanecería.
Cuando... había una sombra
que empezó a trepar por el muro.

¿Nunca me detendré?
¿Cuándo seré la última estrella del cielo?
¿Cuándo dejaré de rotar?
Y la sombra tenía un árbol amigo, viejo,
de ramas horizontales;
tenía un árbol amigo, de tronco montañoso.
Creía que antes del amanecer,
sentado, mirando el resto negro del cielo,
no inmutaría,
ni nada causaría movimiento.

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