Pereza

Nos preguntamos si existirán casos en los que la pobreza sea consecuencia de la pereza. Aquí hay que señalar que pobreza se dice tanto en sentido espiritual como natural.

A pesar de mi ignorancia, he querido formarme una opinión sobre el género de la pereza. Yo creo que su causa es un excesivo hinchamiento del yo. Como también pasa en la soberbia y en la ira. Pero con la pereza pasaría que, de tanto que uno se adoraría a sí mismo, se le quitarían las ganas de hacer nada, porque ¿cómo se podrá hacer algo más valioso que tu propio yo? Otra cosa es cuando se adora el tener, lo cual causa la envidia y la avaricia; o cuando se adora el placer, lo cual causa la lujuria y la gula.

Sea que como la pobreza puede ser de bienes espirituales y de bienes naturales, para ambos casos, el mal de pereza, del que uno mismo es responsable, podría ser su causa. Si hacemos una tabla, se comprobará que entonces uno puede ser pobre en bienes naturales y rico en bienes espirituales; o al revés; y también, pobre en ambos o rico en ambos. Y en cada caso, primero siéndolo en un tipo de bienes y después en el otro.

Intentemos preguntarnos si la pereza ciertamente puede ser causa de una y otra pobreza. Porque, según alguna doctrina, si se atiende a unos tipos de bienes, es necesario desatender otros. Según interpreto, tal es el caso, por lo que se transmite en el capítulo 13 de su Manual, de la enseñanza de Epicteto: "… sino que es de toda necesidad que quien se preocupa de lo uno descuide lo otro". Pues, quien es pobre en dinero ¿puede serlo también espiritualmente? Porque, si se es rico en dinero ¿entonces no se es rico espiritualmente? Lo que se quiere preguntar es si existe una regla para la tabla anterior ¿o son cuatro reglas distintas, o tres, o dos, u ocho?

Como lo que queremos saber es, si siendo rico o pobre en cada tipo de bienes, se condiciona la pobreza o riqueza en el otro, entonces existirán ocho posibilidades, cuatro en cada sentido. Porque, que "a" implique "b", no significa que "b" implique "a".

Las preguntas, una para cada sentido, son las siguientes: Si se es pobre o rico espiritualmente ¿la pobreza o riqueza natural quedan condicionadas, si o no? Y si se es pobre o rico en bienes naturales, ¿la riqueza o pobreza espiritual quedan condicionadas?

Para ayudarnos, digamos que un bien natural es un fondo de inversiones; que un bien espiritual es la benevolencia; que pobreza natural es vivir de la renta activa de inserción (RAI); y que pobreza espiritual es la avaricia. Sustituyamos:
  1. Tengo un fondo de inversiones y soy benevolente
  2. Tengo un fondo de inversiones y soy avaricioso
  3. Recibo la RAI y soy benevolente
  4. Recibo la RAI y soy avaricioso
  5. Soy benevolente y tengo un fondo de inversiones
  6. Soy benevolente y recibo la RAI
  7. Soy avaricioso y tengo un fondo de inversiones
  8. Soy avaricioso y recibo la RAI
Cargando sobre el sentido común, se nota que todos los supuestos anteriores podrían darse en la realidad. Pero también ocurre que en todos se experimenta una cierta tensión; aunque en cada uno de una forma distinta. Y bien podría ser porque entre lo material y lo espiritual, se produce en todo caso cierta tensión. De todas formas, para el momento actual, demos por válido lo que nos dice el irracional juicio de la experiencia.

Pues bien, la prueba anterior nos sirve de apoyo para sostener que la relación entre pobreza (o riqueza) espiritual y natural, no parece estar condicionada por el signo de cada uno de sus términos. En consecuencia, si la pereza fuese en algunos casos causa de pobreza, solo en el caso de que exclusivamente lo fuere de la espiritual (por ejemplo causando cualquier otro vicio espiritual), podría afirmarse que ella no guardaría relación con la pobreza natural (debido a que de la simple pobreza espiritual, nos ha parecido razonable sostener que se puede derivar tanto riqueza como pobreza naturales). Ahora bien, no parece que la pereza no pueda causar pobreza natural y sí pobreza espiritual.

Por lo tanto diremos que la pereza, de la que uno mismo es responsable, teóricamente puede ser causa de su pobreza natural. Por lo que uno mismo sería entonces responsable de su pobreza material.

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