¿Simples reglas?

A pesar de mi desconocimiento y falta de estudios en la materia, me siento en la necesidad de escribir las siguientes líneas sobre la Creación, a fin de que, si precipitándose estos puntos a la deriva, existiera un agujero proporcionado a su materia, pudieran servirle de compuerta y de freno al vacío.

Ya no hay ocasión en la que no me pregunte que si, puesto que el mal existe, no será porque Dios lo ha creado. Porque, aunque lo hagamos nosotros, bajo nuestra responsabilidad, nada de lo que en realidad tome cuerpo, puede existir si antes su posibilidad no ha sido creada. Porque, ¿cómo decir que puedo hacer algo si Dios no lo ha creado antes para que ello sea posible de hacer por mí? Y una vez hecho por mí el mal, ¿cómo decir que pasa a ser algo existente pero distinto a Dios que lo es todo?

Mi dilatado asombro (por colocar la causa en algo), enmudece por completo mi débil entendimiento (por hacer de la ignorancia un efecto). Pero no puedo acallar mi imaginación, que acerca del mal, se ha atrevido a buscar un paisaje.

Allí, parecería que el mal es la negación de Dios. Solo eso. Sería la consecuencia que la Creación tiene prevista para el hecho de ponerse en contra de Dios. ¿Y qué menos no? No es que El sea vanidoso, es que ha puesto la vanidad allá, donde está alguien que no quiere mirar a su humildad. Por un momento noto el clavo arder en mi mano. Y pronto lo suelto, por que ¿cuál sería el motivo para que sufran el mal aquellos que no se ponen en contra de Dios, provocado por aquellos que sí lo hacen? Podría imaginarme que hay dos tipos de mal: el que ya se ha dicho, y otro, que ha sido creado, no por negar a Dios, sino para el caso de negar a los demás seres humanos. Y sería como si en este cuadro, del primer mal se saliese hablando con Dios, y del segundo amándonos unos a otros incansablemente. Y que contra el primer mal sirviese la religión, y contra el segundo la Justicia.

Seguiré, perdido en esta oscuridad.

Entradas populares