Teoría y praxis

Se anda diciendo que el capitalismo legaliza la explotación humana. Más o menos es lo que insinuó hace poco el dueño de Facebook, cuando denunciaba que algo debería ir mal si alguien como él podía ser tan rico legalmente, al lado de personas tan pobres. Evidentemente nos encontramos ante lo que actualmente se llama un "postureo".

Pero, la anécdota del milmillonario legalista, ilustra una decisión: optar por lo que el capitalismo permite. Ahora bien, una cosa es la decisión y otra la opinión: se opina que lo que el capitalismo permite está mal. Al final, está muy claro: se opina que está mal (o que algo debe de estar mal), pero se decide hacerlo. Como se ve, lo que hoy se denomina "postureo", es la "clásica" incoherencia.

Esta es parte de la cuestión. Ahora, hay que tener mucho cuidado con los comportamientos incoherentes. Cuando se te presenta un caso de incoherencia ¿qué interpretar? Porque no solo se puede interpretar la praxis, o la teoría, cada una por su lado; sino que entre pensar que algo está mal y hacerlo, existe un espacio en el que se toma la decisión de hacerlo: precisamente por alguna razón que contradice la teoría. Es decir, existe otra teoría, que sustenta la praxis, y que es contraria a la teoría del "postureo". En realidad, la teoría enlazada al comportamiento que es incoherente con ella, muy probablemente sea el trasunto de un engaño.

Por esto es tan importante que la teoría política vaya acompañada de la misma praxis que propone. Esta es una de las primeras luchas por la igualdad o equivalencia.

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