La corrupción sindical
La corrupción de los grandes sindicatos en España es actualmente un mal que está causando un daño incalculable a la sociedad. El diagnóstico se basa en una sintomatología palpable, simplemente a golpe de hechos notorios.
El primer hecho es que desde finales de 2007, se vive la crisis económica (de pobreza), más devastadora desde la guerra civil española. La cantidad de familias que se ha llevado por delante y de menores a los que ha quebrado su desarrollo vital es de una magnitud de cifras millonarias. Se puede hablar de porcentajes que suponen números enteros en relación con el total de la población española. En esta crisis los grandes sindicatos han recogido sus frutos mirando a otro lado: Han escondido la cabeza.
En términos de desempleo, esto es, hablando en plata, como les gusta hablar a los estadistas, el número de desempleados ha sido de tal magnitud que la pobreza alarmó tanto, que los informes de Cáritas denuncian que una gran parte de la sociedad vive necesitada de atenciones básicas. Toda esta parte, es trabajadora y los grandes sindicatos la han abandonado, precisamente cuando más los necesitaban. En cierta medida también son responsables de la crisis. No quiero decir de provocarla (porque eso es otro análisis), son responsables de sus consecuencias.
Detrás de una conducta de tal irresponsabilidad, se oculta una corrupción cardiovascular. No puede ser de otro modo. La respuesta dada, es tan radicalmente distinta a la teóricamente debida, que o el sujeto sindical ha estado impedido, o su voluntad se ha pervertido.
Por último, como no se puede afirmar que en el sistema de contrarios entre patronal y sindicatos, los sindicatos hayan desaparecido, sino que muy al contrario, sus presupuestos no han cambiado, es muy probable que la patronal los esté manejando a su antojo. Esto, no es una cosa que dependa de aspectos fácilmente visibles, y por tanto, fácilmente corregibles, sino que más bien, parece un manejo mucho más profundo, que se controla desde instancias en las que se lleva sembrando varias décadas.
En términos de desempleo, esto es, hablando en plata, como les gusta hablar a los estadistas, el número de desempleados ha sido de tal magnitud que la pobreza alarmó tanto, que los informes de Cáritas denuncian que una gran parte de la sociedad vive necesitada de atenciones básicas. Toda esta parte, es trabajadora y los grandes sindicatos la han abandonado, precisamente cuando más los necesitaban. En cierta medida también son responsables de la crisis. No quiero decir de provocarla (porque eso es otro análisis), son responsables de sus consecuencias.
Detrás de una conducta de tal irresponsabilidad, se oculta una corrupción cardiovascular. No puede ser de otro modo. La respuesta dada, es tan radicalmente distinta a la teóricamente debida, que o el sujeto sindical ha estado impedido, o su voluntad se ha pervertido.
Por último, como no se puede afirmar que en el sistema de contrarios entre patronal y sindicatos, los sindicatos hayan desaparecido, sino que muy al contrario, sus presupuestos no han cambiado, es muy probable que la patronal los esté manejando a su antojo. Esto, no es una cosa que dependa de aspectos fácilmente visibles, y por tanto, fácilmente corregibles, sino que más bien, parece un manejo mucho más profundo, que se controla desde instancias en las que se lleva sembrando varias décadas.