"Cratos" y mayoría (2)

Ahora vamos a continuar estudiando el caso con el que se presupone que, no hay un concepto de lo justo y lo bueno, más allá de lo que determine la mayoría. Se trata de un caso en el que por un lado, la libertad (en el sentido más amplio del término), debido a que la obligación no tiene ningún límite previo, es máxima; y por otro lado, la mayoría se constituye en la dovela donde todo se justifica. Además, cualquier condición que se quiera añadir al carácter justificador de la mayoría, sería restarle poder. Un contrapeso al poder de la mayoría, añadiría una nueva razón en el proceso, y por lo tanto, lo que es justo o bueno, responderá a nuevas razones. Este último caso podrá examinarse ya, según el supuesto que se estudió en la entrada del pasado día, donde se acepta que la mayoría pueda decidir cosas injustas.

Siendo el caso actual tal, que solo la mayoría es suficiente para determinar lo justo o lo bueno, ahora voy a posponer el juego de silogismos que se produjo en la entrada anterior a raíz del supuesto. Si entonces se advirtió que el propio supuesto contenía evidentes conclusiones, también ahora se hará lo mismo. Así, las evidencias de nuestro supuesto actual son, que el valor de justo o bueno que tenga cualquier cosa, será tan cierto cuanto se mantenga en él la mayoría.

Así mismo, igual que en el supuesto de la entrada anterior, produciremos algún silogismo ya que tenemos una premisa (el supuesto actual), añadiendo alguna otra. Y dado que hay una minoría, que deseará que su propuesta adquiera el valor del que gozan las decisiones de la mayoría, se habrá de suponer que o la mayoría decide que la violencia para alcanzar la mayoría es mala, o la minoría la usará (porque es posible). Pero es posible que la mayoría haya sumado votos usando la violencia y por ello no ha decidido decir que la violencia es mala, por lo que la minoría, si la usa, no será proscrita. O puede ser que la mayoría, una vez consolidado su grupo, decida proscribir la violencia, de forma que la minoría, a pesar de que la mayoría la usó, ahora no puede hacerlo ella. Al final, como lo que cuenta es la mayoría, y su composición no se condiciona con ningún criterio, el estado de lo justo y lo bueno es una noción secundaria, de cuyo significado responderá exclusivamente la mayoría.

Como se ve, es muy distinto el supuesto en el que la mayoría puede decidir cosas injustas, del supuesto en el que lo que dice la mayoría siempre es justo. Si alguien dice que algo es justo porque así lo ha determinado la mayoría, dice que es justo hasta que la mayoría diga lo contrario. Si alguien dice que algo es justo, no porque lo dice la mayoría, sino porque hay una ciencia de lo justo, está diciendo que la mayoría no decide lo que es justo o injusto, sino lo que en concreto hay que hacer, que será justo o injusto.

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