Querer, poder y no saber

Si un abogado quisiera conducir una nave espacial en marcha, y se le pusiese al control de los mandos, pero no supiese hacerlo ¿qué ocurriría?

A la política se le puede aplicar el mismo modelo de cuestión. Casi todas las personas tienen una opinión sobre lo justa o lo injusta que es una sociedad. De hecho, conforme la gente madura en edad, su opinión sobre los asuntos públicos alcanza más materias. De entre todas las opiniones, se puede formar un grupo con aquellas que coinciden en que la sociedad está mal y hay que cambiarla. En el modelo, esta opinión coincidente, para entendernos, equivaldría a lo que en el ejemplo de la nave espacial era el punto del "querer". El siguiente punto, que en el ejemplo era el "poder", encontraría equivalencia en cuanto aquellos que "quieren" se encontrasen investidos de poder. Aquí, sin embargo, nos encontramos con que hay ciertos matices que hacen de la equivalencia algo demasiado desigual. Así, el primer matiz podría ser que en la sociedad existe una división formal de poderes (que desde luego también es fáctica), de forma que "estar a algunos de los mandos", podría no tener la misma naturaleza que "estar a los mandos", aunque sí significase "poder", en el mismo sentido que en el de la nave espacial.

Pues bien, en este segundo punto, donde el "poder" puede tenerse solo en algunos de los mandos, se encuentra un terreno fértil para disolver la falta de "saber", y querer hacer brotar el parecer de que la ineficacia del abogado, aún sin saber llevar la nave espacial, pudiera deberse a la falta de poder suficiente o a una simple ineficiencia. Se buscaría desviar la atención desde el que "no se sabe", hacia el que "se necesita más poder". Como se sabe, este es el recurso retórico empleado generalmente por los dictadores. Pero como raras veces estos acaban superando su ineficacia, en el fondo su ignorancia sobre cómo aumentar los niveles de Justicia social tal y como la criticaban, pues siempre terminan causando grandes males por haber podido sin saber.