Clase de dinero común

Los tributos, son la parte del trabajo privado que se destina a mantener las necesidades de la clase dirigente (habitualmente lujosas). Con lo que sobra, siempre que la sociedad civil esté educada, se administran las necesidades de las clases bajas. En cualquier caso, la atención de las desigualdades sociales no es el fin inmediato de los tributos. No obstante se podrá escuchar que hay fines secundarios, efectos colaterales o fines mediatos, y que en estos habría que buscar el carácter redistributivo de los tributos.

La afinidad de tributo con distribuir, atribuir, retribuir, contribuir parece que viene de "tribu". Al fin y al cabo se encuentra la raíz de "tri", tres. Si las tribus fueron alguna vez tres, lo que se repartía entre ellas era el tributo. Sabemos que, mucho antes, los reyes mesopotámicos declaraban solemnemente que serían justos al exigir los tributos. Así, que desde siempre, los gobernantes han tenido cuidado con sus lujos. La verdad es que recaudar tributos para dárselo a los pobres, no tendría mucho sentido si los contribuyentes se lo diesen directamente.

La cuestión no es si los tributos son para el Gobierno, sino si el dinero de los mismos es o no un caso representativo de bien común. En el caso de que su naturaleza fuese la de un bien común, su uso debería producir beneficio a todos para los que es común, ya lo sea directa o indirectamente. Pero si quedasen algunos para los que no hubiera beneficio, entonces no serían bienes comunes sino privados. El problema es que los bienes privados, a pesar de poder sostener los servicios públicos, no alcanzan por sí mismos a redistribuir, ni siquiera el lujo, porque su naturaleza los empuja a servir como un medio de pago.

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