Grises y rojos

Conforme leo los titulares de algún diario, me va aumentando la sensación de estar en una calle entre roja y gris. No me siento desconcertado por ello, porque creo haber leído alguna vez, que los colores pueden intercambiarse con distintos tipos de sensaciones. Yo me imagino que entonces, lo del rojo debe de ser por la parte del mal que incluyen las noticias, y lo del gris, por la monotonía en la sintaxis de los juicios de cada uno de esos titulares.

Cuando se me repite mucho que algo o alguien son los culpables (o causantes) de algo, es posible que, a falta de cierto sentido del humor, termine entendiendo el paralelismo como circunloquio: donde el rodeo no es más que otro engaño para ocultar las verdaderas causas y culpas.

Me pueden repetir todos los días que los malos son estos, y los buenos son estos otros. De paso, poner ejemplos y señalar pruebas para componer el asunto. Y cada vez, estas prácticas me resultan más grises y más rojas. Nada más contrario a la verdad, que hacer descansar la culpa del mal en el capitalismo; o en los bancos; en los ricos; o en los demás… Estos lugares comunes, están siendo manipulados por el discurso de la izquierda populista.

En sí mimos, ninguno de aquellos lugares demonizados por los demagogos izquierdistas, son causantes de ningún mal. No son más que instrumentos: excepto los ricos y los demás, cuyas culpas jamás podrán ser generalizadas.

Pero si las cosas son instrumentos y las culpas de las personas han de ser individualizadas, ¿cuál es el sentido que toma la opinión política sobre la Justicia? Considero que el sentido de la praxis, hacia el bien o hacia el mal, debe ser la guía del juicio. ¿Y cuál es la praxis de los populistas?

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