Esperaba a un adulto

Una niña de ocho años. El resto de las atroces circunstancias publicadas las omito; excepto una, el lugar: En el patio de un colegio.

Como la investigación se va a quedar en los hechos concretos, la culpa nunca se va a localizar fuera del penoso patio de ese penoso colegio. La culpa no va a salir ni a las aulas, ni a las salas de reuniones; ni tampoco a las familias, ni tampoco a las administraciones. Se va a quedar en una conducta inmadura y penalmente irreprochable.

Pero todo el mundo sabe que la culpa no la tiene ese desdichado patio de ese desdichado colegio. Todo el mundo sabe que la culpa está por algún sitio en las aulas, en las salas de reuniones, en las familias y en las administraciones. Todo el mundo sabe que el problema no es la inmadurez, sino la falta de educación. Y todo el mundo sabe que la falta de educación siempre es reprochable: o civil, o penal, o administrativamente. Y todo el mundo sabe que nunca dentro de ese asolador patio de ese asolador colegio.

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