Las Comunidades

Ya tenemos los resultados electorales de las autonómicas gallegas y vascas. Se debe reconocer que presentan, de cara a los pactos, menos combinatoria que la actualidad del Congreso de los Diputados. En términos brutos me refiero.

En Galicia, la ceremonia, ha concluido con una mayoría absoluta; lo que permite trasladar a otro escenario, la inagotable tensión de la convivencia. El caso es que las condiciones mínimas para formar el poder ejecutivo regional, están prácticamente dadas. Las mismas condiciones mínimas que tienen secuestradas, en el Parlamento, una pandilla de adoradores del mal ajeno. Aunque no precisamente por esta idolatría sea que esté bloqueada la formación del Gobierno. Nada más que decir; sólo que recuerde quien tenga a bien ordenar desde arriba la economía, que, como anoche se escuchó, mucha felicidad es para un trabajador tener un puesto y un salario digno.

En Euskadi, pidamos que tierra de Paz, el pueblo ha producido una aritmética (como gustan decir los que buscan categorías propias), con bastante ángulo recto (expresión de geometría, que me disculpen los puristas). Con un escaño menos para el PNV, las combinaciones Möbiusianas entre los que se llaman fuerzas del cambio (bilduistas, podemistas y socialistas), nos hubiese ofrecido un verdadero espectáculo de articulaciones ideológicas (no digo personales, porque hoy en dia parece que Euskal-Herria siente especialmente la necesidad de diálogo y tolerancia: que tanto promueven el brillo de la ideología).

Vamos a ver, ahora, una vez transcurrido el tiempo señalado, cuál es el amargo patrón que se produce en la cueva del "no a Rajoy". Como si alguna vez la gente hubiese votado eso.