El (semidivino) Comité Federal

Entonces el futuro del Gobierno se decide en los órganos directivos del PSOE. O eso parece. Aunque según a quién se escuche; porque los hay que niegan esa interpretación y afirman que el futuro del Gobierno sólo lo pueden decidir los ciudadanos (elecciones y esas cosas).

No se dejen engañar con palabras biensonantes. Esto es, ni con las sirenas ni con las apariencias. Parece que el PSOE no sabe cómo explicar que las diferencias que le separan del PP son mínimas. Algo, que por cierto, todo el mundo conoce. Sin embargo ahí están, malinterpretando un "melodrama" en el que hacen de Florindo la tarde-noche del no (Isabella es el Gobierno, no se ofendan).

Eso de que el PSOE es distinto al PP es mentira. Ni siquiera en el plano de la corrupción son distintos. A pesar de que su "gensec" venda la moto de un pasado personal impoluto. Pero ya están en un foro donde no se juzga si uno u otro es más limpio. Aunque parece esto, la verdad; y acostumbrados a los reality show, la pelea encaja mucho y no resulta altisonante.

Detrás del telón, también se encuentra la decadencia del juicio. Se ha instalado entre los valores comunes el juzgar las cosas según que me vengan bien a mí: Robo, pero está bien porque es para dar de comer a mis hijos (y que nadie me diga lo contrario). Sin embargo, las cosas están bien o mal, además, sólo si también vienen bien a los demás. Esta es la verdadera regla del juicio moral.

Está claro, que en el Parlamento español, no está ocurriendo nada, absolutamente nada, que perjudique a la amplia mayoría de sus actuales miembros; y por eso piensan que no hacen nada malo. Sin embargo ¿cuáles son las consecuencias para los demás?

En política, se han acostumbrado a hacer campaña a favor de ideales que bien dichos son siempre dignos de alcanzar. Claro, que eso, así visto, es un cuento de hadas. El respeto a la verdad exige que las políticas, se presenten en contraste con sus consecuencias: vamos, que se diga cómo les caerán a los demás.

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