El PSOE reducido

Generalmente, para engañar a una persona, se le presenta un objeto falso con la intención de que su voluntad orbite alrededor. Atrapada la atención en la órbita, el objeto ya es céntrico y la voluntad se reduce a una aplicación disyuntiva: o el objeto o no. La retórica conoce muy bien este mecanismo.

De lo anterior tenemos un ejemplo muy claro en el discurso del actual secretario general del PSOE. En su caso, el objeto falso es que el PSOE es lo contrario al PP. Como sea que, de salida, ningún socialista quiere ser del PP, la disyuntiva consigue centrar el objeto, y el discurso puede así desarrollarse basado en la contrariedad PP - PSOE. Pero la identidad del PSOE no se resuelve siendo contrario al PP.

La contrariedad expuesta es falsa. Porque el programa socialista no la establece como su tesis. Se trata de un argumento programático falaz. Con dicho argumento se confunde la voluntad ajena conduciéndola a un círculo de Sí-No cuyo centro es una proposición falsa: El PSOE no es lo contrario del PP. Ni el PP es lo contrario de PODEMOS, ni CIUDADANOS es lo contrario de los independentistas. Sin embargo ningún socialista al que se le pregunte si es del PP, dirá que "sí": y este "no" es el que se aprovecha para alimentar la falsa disyuntiva y el engaño: porque parece que proviene de una verdad cual es que un socialista no es del PP.

El apoyar el discurso en el mensaje "si no estas en contra del contrario eres contrario" (del mismo género que "conmigo o contra mí") supone un ardid retórico. Ciertamente, aunque presentado bajo una divisa identitaria, no es más que un pendón tras el que se esconden vulgares intereses y motivaciones personales.

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