Un bien universal

Se demuestra que el bien y el mal no siempre son relativos.

Por un lado se dice que su significado es distinto según las épocas, según las culturas y, en el fondo, según cada persona. Se dice que no existe un bien o un mal cuyos significados sean universales.

Pues bien,
  1. Si se supone que cada persona se autodetermina a sí misma, y que los conceptos de bien y de mal que le sirven para orientar sus conductas, son subjetivos y conservan su plena identidad siempre frente a todos los demás conceptos de bien y mal que tengan todas las otras personas;
  2. Si además se supone que, entonces, entre las personas y con el fin de cooperar entre ellas, (y dado que sus conceptos de bien y de mal son ciertamente subjetivos y verdaderos), deben alcanzar un acuerdo sobre un bien que oriente sus conductas en el ámbito de sus relaciones;
  3. Si se supone en consecuencia, que sin dicho acuerdo o no se establecerán relaciones o si se producen las mismas prevalecerá en ellas el bien subjetivo de alguna de las personas;

  1. Entonces el acuerdo es necesario para una convivencia pacífica, y por lo tanto, el acuerdo es un bien universal, necesario para las relaciones humanas justas, y subjetivamente reproducible en todos y cada uno de los seres humanos como un bien personal.

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