La miseria en átomos

Tomemos el fenómeno del Derecho en su significado de ordenamiento jurídico, y sumemos la determinación de observar de norma en norma, de obligación en obligación, de artículo en artículo, en fin, de derecho subjetivo en derecho subjetivo. Se vislumbra una red gigantesca, y en el fondo, inconmensurable, porque parte de sus mundos, son libertades.

Pero, al caminar entre los nudos de la red, al perderse entre sus laberintos, siempre me queda una impresión más o menos firme: en cada pequeño segmento, se palpa algo así como la igualdad. En cada rincón de la red, a un lado y a otro de la disposición jurídica, las dos partes se miran con igualdad, sin más para una o para la otra: Parece un sueño.

Y así, bajo el agotador transcurso, nunca falla el equilibrio, salvo contadas excepciones, en las que se percibe el rastro de los privilegios y, la igualdad, cede ante una posición extrañamente irregular: como cuando a la Administración Pública, se le reconoce el derecho a no contestar en plazo, o cosas parecidas.

¿Y cómo es posible este mundo de desigualdad, pobreza, abuso y discriminación tras un ordenamiento tan limpio?

Yo creo que la respuesta se encuentra en la técnica que ha desarrollado el Derecho para dividir continuamente el campo de la realidad, haciendo cada vez más pequeño el segmento en que se habla de la persona humana. La dignidad humana, cuyo significado tiene un punto de apoyo en la totalidad de la persona, no puede trocearse como hace Zenón al trocear el camino de Aquiles mientras persigue a la tortuga.

El Derecho ha segmentado la dignidad humana, y la ha tratado como si fuese algo divisible. Con su técnica atomizante, poniendo el átomo como elemento estructural de la realidad, se ha olvidado de que lo estructural es la misma persona, indivisible, y ha ocasionado la tortuosa ciencia de juzgar desde las partículas elementales, donde todo parece igualdad, en brutal perjuicio de la verdadera ciencia humana, donde el juicio se hace desde la persona en su integridad, y donde hoy en día, todo parece miseria, hambre, pobreza y opresión.

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