Dudar y no creer

Muchas personas han llegado a la conclusión de que no se puede dudar la existencia de Dios. Por otro lado han llegado a la conclusión de que la duda de su existencia (o no creerla), es sólo consecuencia de la falta de entendimiento. Han considerado que la frontera que oscurece la comprensión de nuestra creación, junto a la impotencia del límite que impone, empujan a la mente a una conclusión más fácil de razonar y menos problemática, cual es, en consecuencia, negar su existencia o ignorarla. Aquellas personas han aceptado que el enigma de la vida y de la muerte es una verdad y que el ser humano no es azar, sino obra de alguien, a quien llaman Dios.

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