Falsos rumores

Hay algunas ideas falsas que el capitalismo mantiene en su defensa y que sirven a la apología de su régimen e inducen nuevas acciones contra el ser humano.

Me refiero a dos especies de consejos, que rondan el imaginario de la clase obrera y que son metidos a presión en la olla de los experimentos avariciosos por la institución capitalista.

La primera idea-consejo, viene a decir que el camino laboral de un ser adulto, empieza con salarios bajos, aunque puede ya contar con la ilusión en la que la perseverancia y la seriedad harán de él un trabajador que vivirá dignamente, elevándose por estas razones y a lo largo de su vida, en los niveles de su salario.

La segunda idea falsa, es que el trabajo responsable y dedicado hará a su persona capaz de adaptar sus necesidades a una vida digna, sea cual sea el salario, y apta para garantizar su desarrollo y el de sus hijos.

Ambas ideas sirven para explotar la mentira tanto respecto de los movimientos que penetran hacia arriba en la escala social, como respecto de aquellos otros que conservan horizontalmente la posición a lo largo de cada vida laboral.

En primer lugar, la ilusión de la escalada salarial por el hecho de la perseverancia profesional, choca con la realidad ya que los salarios más altos han de ser proporcionalmente menos numerosos y han de alcanzar, por determinación capitalista, a una población menor. Así, la escalada no corresponde al mérito supuesto sino a la conquista.

En segundo lugar, la ilusión por la que el trabajo honrado proporciona una vida digna, a pesar de exigir una virtud humana, cual es la paciencia (tolerancia a cosas difíciles, como dice Santo Tomás, por amor a la honradez), choca con la realidad en la que los diferentes seres humanos son factores del intercambio y del progreso común, donde la regla habrá de ser la de la Justica y el suum cuique tribuere (a cada uno lo suyo), y donde la dignidad tiene forma de libertad emancipadora.