Alienarse o morir

Me gritó vaciándome sus dientes
... no podía con su vida;
estaba lleno de miedo brillante
que lo dejaba siempre seguro
calculando siempre su voz.

Me miró tomándome la mano
en mi clavado suspiro,
diciéndome que no sentía
que el Sol le daba frío
que el frío le daba calor.

Me arrancó la pena y el tiempo.
Después me tiró del corazón,
que se quería dar dijo,
que se hundía en sí
... y empezó a darse.

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