La pirámide política (5)


El término subordinación, inmediatamente se entiende con relación a la gente. Anteriormente se ha hablado de él en este sentido; ahora, nos preguntamos si en la Naturaleza (con exclusión de lo humano), también se puede encontrar una relación de cosas, a la que se pueda aplicar el concepto de subordinación.

Habíamos propuesto una interpretación de la subordinación en la que ésta resultaba inseparable del fenómeno de la libertad. La subordinación implica ser libre, tanto el subordinado como el titular del poder que subordina. Esto se deriva de la exigencia de autonomía que establecíamos. Por esta razón no coincidimos con aquella opinión que, reconociendo distintas naturalezas en las personas, encuentra la subordinación en el hecho de que algunos siempre serán esclavos. Y esto porque si fuese así, si dentro del género humano existiese una especie de esclavos, esa especie carecería por naturaleza de la autonomía necesaria, y por lo tanto no se encontraría bajo una relación de subordinación, tal y como aquí la configuramos.

La Libertad, a excepción de en el ser humano, no se reconoce en ningún otro lugar. Esta premisa nos conduce a afirmar que la subordinación, sigue igualmente el mismo camino que el hombre. En la Naturaleza, contemplada aisladamente del ser humano, no existen relaciones de subordinación, y ello porque no existe la libertad. En la Naturaleza se encuentra orden y caos (como el metabolismo de una célula o la explosión de un cometa), dependencia e independencia (como la vida de una planta depende del agua y de la luz), o prioridad, como que siempre es antes el principio; pero no se encuentra subordinación. Se encontrará que unas cosas siguen a otras, como el aumento de energía a la alimentación, o  que los animales se unen formando grupos guiados; pero puesto que no hay libertad, en nada de ello se encuentra la subordinación.

Nos preguntamos si en las manadas existe subordinación. Los macacos japoneses eligen aguas termales donde disfrutan, aunque sólo se bañan los que permite el líder; Las colmenas y las colonias de hormigas, se organizan alrededor de las reinas. Consideramos que en estos casos está presente un elemento diferente: la violencia y la fuerza. La suma de esta particularidad, obliga a proponer que se trata de otro tipo de fenómeno, esencialmente distinto al de la subordinación tal y como lo venimos configurando. También negamos que se trate de otra especie del mismo género. Si la subordinación está unida a la fuerza o a la violencia, se hace incompatible con la libertad que le es propia. Por lo tanto, no podemos admitir que estos ejemplos que se observan en la Naturaleza, contengan el fenómeno de la subordinación. 

Comentarios

Entradas populares