Impulso persistente para subordinar a l@s demas

Me he encontrado con el hábito de situar al resto de las personas en una categoría inferiror a la mía. Me suelo apoyar, en muchos casos, en las estratificaciones ya centrifugadas por la sociedad y cultura; por ejemplo, si las subordinaciones vienen facilitadas a través de las clases sociales, mis hábitos  son menos beligerantes, y mi conducta humillante parece más amable y correcta. Si las subordinaciones no vienen predeterminadas, el demoledor hábito empuja cual bestia, y no repara, desde luego, en consideraciones humanitarias ni fraternales. También me he encontrado con un impulso moral, que es paciente y manso y que tampoco descansa.