La falsedad de la envidiosa guerra

Cualquier depresión personal, cualquier convulsión interna, cualquier virulencia interior, cualquier choque destructivo que me remueva por dentro, creo que tiene que venir producido por una fuerza negativa que ha empezado a reaccionar frente a un incipiente desarrollo personal, cuya ventaja sobre el carácter, quiere, aquella negativa fuerza, impedir. Parece sin embargo, que la batalla interior puede ser positiva, en la medida en que de sus cenizas, nacerá una nueva personalidad superior; pero, ese nuevo desarrollo personal, ya había sido acariciado previamente, pacíficamente sembrado, y su "aparente re-surgimiento" tras la "crisis" es una violentísima falsedad destructiva.

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