Democracia celular (I)

La pluralidad se identifica consigo misma y se hace una, que al mismo tiempo es una agitación de individuos diferentes. Parece ser física la propiedad que hace del conjunto un solo grupo y que del grupo vigoriza a cada miembro por separado. No parace, visto desde la Naturaleza, que la mirada se pueda parar en un extremo, ya deteniéndose en cada individuo, ya en el conjunto que forman. Si pretendemos definir el conjunto nos apoyaremos en sus miembros y si lo que pretendemos es definir cada miembro nos encontraremos con el grupo.  Y así debería construirse el gobierno para respetar la Naturaleza: y que pueda identificarse consigo mismo, haciéndose uno y disipándose entre sus miembros. ¿Podrá ser si no? Debe ser sino el perverso nervio humano lo que haga del Gobierno uno solo sin incertidumbre, lo que le haga un centro de poder unificado que violenta el orden natural de las cosas, lo que le empuje a distinguirse a sí mismo en lugar de identificarse como la unidad del conjunto. Deberá ser el perverso nervio humano quien vista sino la oligarquía de democracia.

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