El mal camino

El principal problema del delito, y en consecuencia de cualesquiera actos perversos, es que se apoya (y se oculta si puede) en actos que suelen ser entendidos como inofensivos. El problema también se verifica al revés, y es que todo delito y acto perverso, deben iniciarse apoyándose en formas de apariencia inofensiva. Con esto quiero decir, por ejemplo, que Repsol, ya ha pensado en vender el combustible con mayor ventaja que la desventaja que le supondrá comprar el petroleo (desesperadamente) a otro vendedor distinto de Irán, lo que evidentemente es un fraude (un abuso).

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