También

La naturaleza humana no se identifica con un único sentimiento; ni siquiera en "última instancia". No somos "egoístas" o "buenos" o "malos". Es tan posible el sentimiento de solidaridad como el del desprecio. Son ambos reales y ambos desde sí mismos pueden nerviar las conductas humanas: porque ambos tienen esa propiedad. Entonces se puede actuar solidariamente de forma absoluta, igual que se puede hacerlo malvadamente. Más allá de ello, pudiera ser que, aquel que queriendo ser solidario, desee los beneficios de esta acción (ya que de lo bueno vienen más cosas buenas): pero esto no compete al sentimiento de generosidad que movió la voluntad, sino a la distribución de los resultados de las acciones.

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