Riqueza y propiedad (III)
La actividad humana persigue siempre alguna finalidad. Esta finalidad de la actividad humana ha de ponerse en relación con su propio producto: la riqueza. Entonces, cuando la finalidad de los actos sea injusta, o mala, se debería desprender que el poder que confiere la propiedad sobre la riqueza que esos actos crean, sería ilegítimo.
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