La frontera de la perversión

Aquellas personas que desempeñan en trabajos que nadie quiere, son las personas, políticamente hablando, más valiosas. Estas personas son los primeros protagonistas de la política. El protagonismo político tiene un recorrido decreciente desde aquellas, hasta las otras personas que desempeñan en los trabajos más deseados. La perversión política en un tiempo dado, es entonces inversamente proporcional al grado de respeto que exista por esta regla; y cuanto mayor sea el protagonismo político de las personas que desempeñan en los trabajos más deseados, tanto más pervertida estará la sociedad.

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